sábado, 26 de junio de 2010

El mundo al revés

Muchos judíos siempre han hecho referencia a que para entender el mundo en todas sus dimensiones y entender la Intensión de Dios, solamente debe leerse y más que leerse, auscultarse La Torá (Confieso que lo he intentado pero no logro encontrar tal cosa en ese libro sagrado, puede ser que además se requiere mucha fe y ahí sí…). Para mi consuelo, puede existir en cuanto a planos se refiere del mundo, por lo menos no algo similar, pero sí una novela que se aproxima de manera increíble a lo que podríamos llamar el plano del mundo moderno. “1984” de George Orwell es una novela que escrita en 1949, se aproxima y vaticina con una precisión casi quirúrgica al futuro que consideraba el autor sería el que nos esperaba.

1984 resume perfectamente cómo funciona el mundo e inquieta sobremanera en dicha novela (en el mundo moderno) cómo es la lucha entre los “altos” (ricos) y los “medios” (clase media) por el poder y la riqueza y cómo en escasas ocasiones se da un tipo de alternancia por el poder, pasando algunos “medios” a estar con los “altos”. Todo esto conservando siempre una especie de statu quo con los “bajos” (pobres). En dicha novela, sobre la que escribiremos y citaremos mucho en este blog, se aclara cómo funciona cada clase social y muestra cómo nunca ha cambiado esta concepción del mundo (tres clases sociales) y cómo seguirá funcionando sin cambios.

Toda esta reflexión inicial para aterrizar abruptamente a algo que me recordó un poco a los “bajos” esta semana:

Una vez elegido el nuevo presidente de Colombia y analizando las promesas de campaña de Juan Manuel Santos vemos que, en lo que se refiere a educación, son compromisos muy ambiguos los asumidos. Sabemos también (a juzgar por lo que mis ojos juzgaron de lo que mis ojos vieron) que millones de “bajos” votaron por el entonces candidato Santos, contribuyendo de manera determinante con el apabullante triunfo. La pregunta aquí es: Sí saben los “bajos” que la educación es el único medio que puede sacarlos de las trampas de la pobreza y que es lo único que en una o dos generaciones puede borrar ese lastre, por qué aplazan las decisiones?

Tras ocho años de guerra frontal, sigue viva la serpiente de las guerrillas izquierdistas. Si bien se hirió, es cierto; hay que reconocer que tras muchísimos billones de pesos en inversión en guerra no fue posible acabarla. Qué han ganado los “bajos” con esta guerra? Ahora muy posiblemente otros ocho años de Presidencia del Doctor Santos, implicarán también que los mayores presupuestos se dediquen a la misma lucha (Que también pareciera orwelliana en el sentido de que pareciera que no interesa que se acabe) y así las cosas, tendremos 16 años continuos, o 12, según sean los principios democráticos del Doctor Santos, de destinación de recursos importantísimos a la guerra.

Estoy de acuerdo con la lucha contra la guerrilla y los demás grupos armados al margen de la ley, tanto de izquierda como de derecha, pero soy más consciente de que sólo la educación logra cambiar la cultura y a las naciones, y para ello son varias generaciones las necesarias para ver los resultados. Dicho esto, si son varias generaciones, y aplazamos nuevamente 4 u 8 años el inicio de la guerra frontal contra la ignorancia, el analfabetismo y la mala calidad de la educación, entonces cuándo los “bajos” podrán iniciar el cambio que requieren para romper su ciclo interminable?

Voy a ser crudo con el comentario, pero: quiénes necesitan más la educación, son quienes más aplazan la elección de ideas que le den prioridad a la educación como la principal prioridad de inversión estatal, y quienes afortunadamente han tenido acceso a la educación se preocupan más porque sí les den educación a los “bajos”. El mundo al revés?

Como se lo dijo Mefistófeles al Señor en Fausto (Goethe), cuando éste (Dios) le cuestiona por acusar y le dice: "¿nada hay en la tierra que tenga algún valor?" A lo que Mefistófeles (El diablo) responde: " no; como siempre, soy del parecer que en el mundo, Señor, las cosas andan muy mal. Me compadezco de la miserable vida que arrastran los hombres, y hasta valor me falta para atormentar a esa pobre gente".

¿No resulta miserable, o por lo menos mezquino, que los que sufren el statu quo, sean quienes más contribuyen a que continúe? Efectivamente...el diablo no tiene que atormentarnos, solitos lo hacemos.

Ahí nos leemos…

miércoles, 16 de junio de 2010

Renovando metas

“Hay dos tragedias en la vida. Una consiste en no lograr lo que mas se desea. La otra, en lograrlo”. George Bernard Shaw

Al concluir cada semestre en las universidades, o al concluir nuestras carreras y graduarnos, o en las noches de insomnio, o al compartir espacios con amigos de hace tiempo, siempre nos cuestionamos respecto a lo que hemos dejado de lograr y qué cosas son aun sueños por cumplir.

Qué queremos alcanzar en nuestras vidas? Cuàles son nuestras metas? Hacia dònde dirigimos nuestras más fervientes intensiones y enfocamos nuestra más firme determinación?

Recuerdo que cuando iniciaba la carrera de economía, mis amigos más cercanos y yo teníamos como meta trabajar en el Fondo Monetario Internacional (ojo, el FMI entonces aun no había perdido los exámenes de las crisis asiática, rusa, mexicana, brasilera ni la argentina, por lo que seducía la ilusión de trabajar para esa entidad). Esa era la meta. Para esos años concebíamos que si no era el FMI, trabajar para el Citibank también era una meta loable, interesante y retadora . Teníamos el ímpetu de la juventud...nada nos parecía demasiado lejano, nada era imposible de alcanzar.

En la medida en que pasò el tiempo las metas ya reconocidas como demasiado ambiciosas, dieron paso a otras más alcanzables y ya el Banco de la República era la meta. Cuando el Banco parecía demasiado lejano, la ambición dejó de ser ejercer la economía, y ya queríamos simplemente tener unos buenos ingresos. Preferiblemente un trabajo de ejecutivos. Después para algunos, radicarse en España (antes de la actual crisis), para otros Estados Unidos (ídem). Con el tiempo ya no eran sólo puestos lo que queríamos, ya las metas eran carro, casa, matrimonio, hijos...un trabajito estable y conseguir las cosas a un "precio favorable" o incluso metas tan limitadas y cortoplacistas como poder salir el fin de semana. La evanescencia de los sueños dio paso a lo que resultó más práctico, más realizable. Ya reconocimos muchas limitantes y justificamos el no lograr lo que antes nos motivaba.

A pesar de lo ignominioso que resulta, para muchos ya no eran puestos, ni bienes, ni familia, era simplemente felicidad...la más esquiva de las metas para muchos de nosotros. No lo cito con arrogancia, pero ya lo indicó Nietzsche con mucha claridad: la inteligencia es inversamente proporcional a la felicidad...me gustaría que hubiesen caido en mi adolescencia a mis manos, no Unamuno, ni Nietzsche, ni Hesse con su Demián y su Lobo estepario...creo que hubiese sido bueno que publicaciones como Soho...la revista para hombres, alcanzaran el protagonismo literario en esos años. Serian menos exigentes los pensamientos, las reflexiones, las metas...

Cuales son las tragedias? Las que no logramos? Las que logramos? Los libros que cayeron por casualidad a nuestros destinos? Los trabajos alcanzados? Los que no? Los caminos transitados? Los que evitamos?

Pero aún hay tiempo para lograr muchas cosas, todo es alcanzable con determinación y sacrificio. Ahora, cuáles deben ser las metas renovadas?

A respirar hondo y como dicen los que redactan el tarot...velas blancas...muchas velas blancas...

Ahí nos leemos...

viernes, 11 de junio de 2010

La primera vez

"Nunca podemos saber con certeza a quién irán nuestras plegarias, ni de quién recibiremos las respuestas. En el momento en que creamos estar más cerca de Dios, tal vez estemos ayudando al diablo." Soren Kierkegaard.

Este cuestionamiento del filósofo y teólogo Danés, Kierkegaard, resulta muy inquietante viniendo precisamente de un teólogo. Si lo pensamos con profundidad quizás de verdad podamos sentir que se te erizan los pelos de la nuca... Lo hemos pensado? Quién es quién? Cuál es la realidad? Cuándo la conoceremos? Cuáles son nuestros dioses y cuáles los diablos en nuestras vidas? Cuáles los dioses y los diablos en nuestro país? En el mundo? A quién estamos adorando? Quién nos está dando las respuestas?

Inicio el blog tantos años aplazado con esta frase, porque reune de una manera muy gráfica la relatividad de la verdad y de las verdades del mundo posmoderno y liberal. La coyuntura política actual de nuestro país nos sigue llevando al tan temido "pensamiento único", nuestro país gravita sólo respecto a un personaje y una temática desde hace varios años y se torna maniquea toda realidad próxima a nosotros, no existen matices ni tonos distintos, todo es o blanco o negro...

Ah, lo olvidaba, no es tan mediocre ni tan limitada nuestra temática nacional. Un nuevo tema para las próximas semanas...el mundial de futbol. Bueno, no es tan monotemática nuestra realidad...


Ahí nos leemos...